Cristales de agua se despiden de tus ojos,
sembrando un adiós eterno
en el mausoleo del amor verdadero.
El dulce se convierte en amargo,
la luz refleja tu invernal llanto
mostrando el último destello de tu mejor sueño.
Vivir es una utopía
que no concibe tu anhelada pesadilla
y te exilias con una hermosa melodía.